A pesar de que no siempre me he movido en el mundo de la juguetería erótica, conozco la marca Fun Factory desde que tengo uso de razón. Te hablo de hace diez o doce años atrás, cuando mis primeras incursiones en la juguetería erótica me llevaron a recorrerme unas cuantas tiendas en busca de nuevas experiencias. ¿Quizá fue su nombre, que aludía a la diversión que se encuentra en el sexo? ¿Tal vez sus colores originales y vibrantes? No sabría decir con exactitud qué hizo que esta marca alemana permaneciera en mi memoria, pero sí sé que la imagen que tengo de ella se ha ido consolidando con el paso de los años.
Fun Factory optimiza sus superventas, mejora sus formas, rediseña con el tiempo… Que una marca esté en constante mejora a mí me da tranquilidad y mucha confianza. Así que, aunque Ryde impone un poco de entrada, enseguida me animé a probarlo, segura de que, incluso si resultaba no ser para mí, se trataría de un juguete que habría valido la pena probar.
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