Siempre me han interesado las emociones y, también, entender por qué nos comportamos del modo en que lo hacemos. Qué nos lleva a tomar ciertas decisiones o qué puede afectar a nuestro cerebro sin que nos demos cuenta. Esta curiosidad me llevó, hace ya algunos años, a empezar a leer mucho sobre estos temas.
Algo fascinante que descubrí y que está estrechamente ligado con el placer es cómo de involucrados están los sentidos en nuestro día a día. Es algo obvio, lo sabemos desde primaria, pero a menudo los tenemos olvidados y hacemos poco por estimularlos.
Según estudios recientes, la música altera nuestras hormonas y neuronas, nuestro ritmo cardíaco y respiratorio y tiene la capacidad de influir en nuestras emociones y estado de ánimo. Eso en un contexto cualquiera, pero imaginemos en un momento de placer, donde también se producen un montón de cambios a nivel externo e interno.
Consciente o inconscientemente, hay gente que utiliza la música durante la masturbación y el sexo. ¿Y si, además de disfrutar de lo que la música le hace a nuestro sistema nervioso, pudiéramos sentirla directamente en nuestros genitales? Pues existe un objeto que nos ayuda a hacerlo: Siri 3 de LELO.
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