Hace unos años, cuando todavía estaba adentrándome en el mundo erótico, quise visitar la tienda erótica de la ciudad en la que había crecido. A pesar de que tenía una buena ubicación, siempre me daba la sensación de que se ocultaba. Lo primero que vi al entrar fue un estante muy largo repleto de productos Shunga y sentí confianza de inmediato. Todavía era una inexperta y sabía poco, pero lo poco que sabía era que aquella marca de cosmética erótica era de referencia.
Shunga lleva años en el mercado y ha sido, durante mucho tiempo, líder en cosmética erótica. En lugar de vender productos, vende experiencias para deleitar los sentidos y potenciar el placer, y todo ello enmarcado en el arte shunga, que es un género de estampas japones que representa el sexo. Seguro que has visto alguna representación shunga en alguna ocasión.
En aquella tienda tuve la oportunidad de presentarme al dueño que, muy amablemente, me habló de los productos que tenía. Me dio un Rain of Love para que lo probase y me fui para casa. Las visitas a la tienda se volvieron más frecuentes y en todas ellas aprendí muchísimo sobre marcas, distribuidores, materiales y productos. Además de los cotilleos del mundo erótico, por supuesto.
Rain of Love me regaló muchos momentos exquisitos, empezando por el de abrir la caja. En aquel entonces, a los packagings no se les daba la importancia de ahora y no era habitual encontrar un envoltorio tan bonito, tan pensado, tan orientado a los sentidos. Y claro, cuando, muchos años después, supe que Shunga había lanzado una marca de juguetes eróticos, sentí esa misma confianza que cuando entré a la tienda de mi ciudad.
Fue en EroSpain cuando tuve la oportunidad de conocerlos, tocarlos y hablar con parte del equipo de Shunga. Con una amabilidad que me hizo sentir muy acogida, me fueron explicando cada uno de ellos y para qué servía, y tuve la suerte de poder llevarme a uno de los favoritos, Obi, que, además, fue el más vendido por la marca en 2023.
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