Siempre digo que las primeras veces tienen algo de especial. La curiosidad, la emoción y la sorpresa se entremezclan y yo, por lo menos, me siento más receptiva a lo que sea que tenga delante. En este caso, el interés de lo inédito se lo dediqué al vibrador del que quiero hablarte hoy y que, por cierto, elegisteis vosotres por votación en Instagram.
El paquete en el que se encontraba Kushi fue uno de los más esperados, sobre todo después de pasarme por el stand de Iroha en EroSpain y poder conocer mejor lo que ofrece. Se trata de una marca japonesa de productos relacionados con el placer que crea artículos accesibles muy pensados en quienes los van a utilizar.
Lo primero que llama la atención de Kushi es su forma. A mí me recordó a algún tipo de concha de inmediato, también por su color, y me invadió una sensación de calma muy parecida a la que me provoca el mar. Ciertamente, tiene un aspecto que no había tenido el placer de encontrar en otros juguetes: los masajeadores suelen tener formas ovaladas y redondeadas, pero Kushi tiene la combinación perfecta de suaves líneas curvas y un funcional acabado en punta.
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