Disfruto de los viajes largos, de esos que te permiten perderte por las calles de tu destino y conocer mucho más que los lugares más emblemáticos. Hace seis veranos, en un día como hoy, aprovechaba las vacaciones para desempolvar mi italiano en la capital toscana con clases por la mañana y mucho tiempo para mí por las tardes. Había alquilado una habitación en un piso no muy lejos del centro de la ciudad y todavía hoy recuerdo las largas sesiones de amor propio que me dediqué allí.
En todos mis viajes, tanto en los cortos como en los largos, he ido muy bien acompañada. En aquel viaje me surtí de un succionador, un estimulador, un dildo y un buen lubricante. Con un alijo de varias docenas de juguetes eróticos, lo complicado es decidir cuáles se vienen conmigo, porque hago una selección bastante precisa. Debe ser discreto pero funcional, fácil de transportar, con batería duradera. En esta ocasión quiero hablarte de un juguete que pasa todos mis filtros y, de hecho, ha sido creado para que te lo lleves en la maleta.
Se llama Sona 2 Travel y es la versión mini de uno de los superventas de LELO. Sona nació en 2017, fue el primer succionador de la marca sueca y ofrecía lo mejor de la estimulación sin contacto con un diseño moderno, elegante y ergonómico. Ambos Sona 2 tienen la misma forma: esta línea curva que se adapta a la anatomía de la vulva y también a la palma de la mano.
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